viernes, 9 de junio de 2017

Enséñame el camino

"Enséñame el camino a cuyo lejano término me espera la palma"
Esta cita se encuentra en el diario de Beethoven, en 1813. Ahora es mi oración para Ignacio Echeverría.


En mi época universitaria murió en accidente una buena chica que residía en mi Colegio Mayor. Recuerdo las últimas palabras que intercambié con ella, la noche aciaga en que estuvo desaparecida y la tristeza cuando se confirmó su paradero. Pero sobre todo tengo muy presente una sensación difícil de explicar- supongo que tendrá un nombre científico- y que ahora revivo con la muerte de Ignacio.
La voy a definir como "flotar". Cuando murió Paula, estuve un par de días sin salir del colegio, imagino que somatizando la angustia, pero eso no lo recuerdo. Recuerdo el lunes. Recuerdo andar por la calle y pensar que flotaba. Que todo era irreal, una película. Que andar era magia. Que el mundo se movía y no sabía por qué lo hacía. Que la gente iba al trabajo y no tenía ni idea de de qué iba la vida. Que sobraba todo lo que estaba pasando a mi alrededor.

La sensación que tengo con la muerte de Ignacio es parecida en cuanto a que llevo una semana muy dispersa en la que no me importa ninguna conversación, ningún sabor, ningún descanso. De nuevo "floto".

Sobre él se ha escrito muchísimo y con autoridad. Han hablado amigos y familiares y yo no soy ni lo uno ni lo otro. De hecho, como la mayoría de nosotros, no tenía idea de su existencia.Y esto no es casualidad, Ignacio ha muerto para que le conozcamos. Para poner contra las cuerdas a nuestra conciencia. Dios no ha tenido otra manera de hacernos ver cuál es el camino.
Claro que recé cuando supe que le buscaban. Claro que deseé que estuviera vivo (para casarme con él, más que nada) y después del vacío, de la desolación, de la rabia, de ciscarme en todo lo moruno habido y por haber, me he dado cuenta de que el tesoro escondido estaba en su vida, no en su muerte.
He leído compulsivamente los retazos que iban ofreciendo sus allegados, he metabolizado toneladas de información y la palabra "héroe" no es definitoria. Hay una frase de Hölderlin mucho más precisa: "Cerca y dificil de asir está el dios".
Y es así porque era un chico sencillo con un hobby discutible. Pero lo tenía. Lo peor que puede pasarte en esta vida es no tener pasión por nada. De eso andaba sobrado. Todo en él parece fácil, alcanzable y cercano. Parece lógico ser bueno, humilde y esforzado.Y no lo conseguimos.

Píndaro distingue entre dioses, héroes y hombres. Ignacio tenía un poco del héroe del mito- su valentía, su final violento- en sus valores, convicciones, integridad y honestidad podías ver la cara de Dios y no hay duda de su naturaleza humana; tendría defectos, le gustaba el monopatín y seguro que pasó mucho miedo.

Hay un millón de frases hechas, citas bílblicas, comparaciones históricas y dibujos-homenaje en la red que tratan de explicar con más o menos fortuna lo que a todos nos está ocurriendo: que hemos sido sacudidos, removidos por dentro. Que su último acto ha sido una excusa para que nos fijemos en su vida. Un chaval humilde con sentido de la justicia, consecuente con sus creencias, trabajador, con espíritu de superación y disfrutón. Así nos quiere Él.
Ignacio no sabía que se la estaba jugando con terroristas ni falta que le hacía. El sólo vió a alguien siendo atacado, tuvo honor y creía en Alguien más grande.
Hablamos de un hombre que lo había entendido todo.

Yo hoy tenía una cita médica. Me he sentado en la sala de espera en el estado de ensimismamiento en el que me encuentro y cuando he levantado la vista, estaba sentada delante de la consulta del Dr. Ignacio Echeverría (verídico). Así que he decidido que tenía que escribir algo, abandonar mi estado etéreo, aprovechar que mi línea de flotación ha sido gravemente dañada y empezar a caminar. Le he hecho un pantallazo a la foto de Ignacio para llevarla en el móvil y que sea él quien me enseñe. Que esto no quede en un "luto oficial" más o menos sentido y una vuelta a las malas costumbres del egoísmo y la queja.
Mi consulta médica es pura rutina, una revisión que requería un Holter Electrocardiograma, es decir, mi corazón está siendo monitorizado durante las siguientes 24 horas. A ver cómo le explico el lunes a mi médico que un tipo con monopatín ha cambiado mi ritmo cardíaco.

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